La cavitación es un tratamiento estético sin cirugía cuyo propósito es la eliminación de acumulaciones de grasa localizada, favoreciendo la reducción de volumen corporal a través de la utilización de ultrasonidos de baja frecuencia.
Se trata de un proceso no invasivo con una muy alta eficacia, llevado a cabo mediante máquinas de cavitación muy sofisticadas y precisas a bajas frecuencias.
Para poder someterse a un tratamiento de cavitación, es necesario un estudio médico previo. El motivo de esto es que el tratamiento de cavitación está contraindicado en:
Pacientes con marcapasos o cualquier otro dispositivo electrónico implantado en el cuerpo.
Pacientes con hipercolesterolemia o hipertrigliceridemia.
Pacientes con insuficiencia renal o insuficiente hepática.
Mujeres embarazadas.
Mujeres en periodo de lactancia.
¿En qué consiste el tratamiento de cavitación?
El tratamiento de cavitación consiste en la utilización de una serie de aparatos estéticos para la producción de microburbujas dentro del tejido adiposo. Mediante la creación de estas microburbujas se logran romper los adipocitos, eliminando de esta manera los cúmulos de grasa localizada. Cuando los adipocitos se rompen, se transforman en líquido que será posteriormente expulsado a través de la orina y el sistema linfático.
Las sesiones del tratamiento de cavitación son rápidas y sencillas, durando de media entre 30 y 45 minutos cada sesión. Por lo general, suelen ser necesarias entre 6 y 12 sesiones, dependiendo de las necesidades del paciente.